Page 14 - AMC Boletín #59
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Año Internacional de las Legumbres

Genome Biology publicó       Hacia un genoma de referencia del frijol
en febrero de 2016 el
artículo arbitrado del cual  El frijol común que consumimos los mexicanos tiene unos 150 000 años de existencia como
Alfredo Herrera Estrella     especie silvestre. Las variedades no domesticadas se caracterizan por tener semillas peque-
es coautor junto con         ñas del tamaño de las lentejas; en determinado momento de su desarrollo la vaina se abre
otros 37 investigadores.     por lo que las semillas se diseminan en el campo, haciéndola una mala candidata para el culti-
Trata sobre los hallazgos    vo, además de que la planta suele crecer en enredaderas muy grandes con hojas pequeñas; sin
al genoma del frijol         embargo, las variedades silvestres presentan características de interés como ser resistentes
común. Las ilustraciones     a sequía, virus y bacterias que se encuentran en el medio natural y que la variedad domesti-
muestran diferentes          cada que consumimos perdió hace más o menos 8 000 años.
estudios realizados a esta
legumbre.                       El ser humano en ese entonces comenzó a observar vainas que no se abrían y que habían se-
                             millas de mayor tamaño, las fue seleccionando para cultivo, realizando un mejoramiento artificial
                             del grano. Hoy en día se busca en el Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad
                             (Langebio) del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados conocer el genoma del frijol
                             domesticado y sus variedades silvestres para poder optimizar su rendimiento y que en un futu-
                             ro cercano llegue a manos de los grandes y pequeños productores de México una variedad de
                             Phaseolus vulgaris con las mejores cualidades de las semillas silvestres y domesticadas.

                                “El sistema de cosecha mexicano es poco productivo, mientras que China y Estados Uni-
                             dos producen alrededor de dos toneladas (t) de grano por hectárea, en México estamos en
                             alrededor de las 0.7 t. Hay un margen muy grande y esto se debe a las condiciones en que
                             se cultiva en el país que es de temporal y a enfermedades a las que está expuesta la planta
                             durante su desarrollo”, sostuvo Alfredo Herrera Estrella, quien en fechas recientes lideró la
                             secuenciación del genoma completo del frijol común en un equipo internacional conformado
                             por investigadores de España, Brasil, Argentina y México.

                                “Desde nuestro punto de vista el conocer el genoma nos ayudará a resolver esta proble-
                             mática a futuro y a largo plazo, ya que los estudios facilitarán la obtención de conocimientos
                             más precisos sobre el origen, domesticación, evolución, adaptación y mejora de la especie,
                             así como de las estrategias para su conservación. Aunado a la secuenciación del P. vulgaris, en

14 / Boletín informativo de la Academia Mexicana de Ciencias
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