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Mares mexicanos, arrecifes y biodiversidad . Parte I
Arrecife Limones, con
abundante y sana
cobertura del coral
cuerno de alce
Coral cuerno de alce En el año 2015 se realizó, a través de la Iniciativa Arrecifes
(Acropora palmata) en el Saludables, una evaluación del estado del Sistema Arrecifal
Arrecife Limones. Foto: Mesoamericano, también conocido como Gran Arrecife Maya,
Lorenzo Álvarez Filip. en el que se concluyó que del 70% al 80% de los arrecifes co-
ralinos de los sitios estudiados se encuentran en un estado
que va de regular a mal, solo el 9% presenta un buen estado,
y uno de estos es el Arrecife Limones, ubicado en el Parque
Nacional Arrecife de Puerto Morelos en Quintana Roo.
El Sistema Arrecifal Mesoamericano (SAM) se extiende más de mil kilómetros a lo largo
de las costas de México, Belice, Guatemala y Honduras, y es la segunda barrera arrecifal más
grande del mundo. El SAM es una región caracterizada por arrecifes de borde, de barrera y
atolones, además de cayos, islas, humedales costeros, lagunas arrecifales y costeras, prade-
ras de pastos marinos y bosques de manglar.
Con el objetivo de conocer la situación de los arrecifes coralinos del SAM y las estrategias
de manejo que se implementan para su conservación, se realizó el Reporte del estado de salud
del Sistema Arrecifal Mesoamericano, en el que se evaluaron cuatro indicadores clave en 248
sitios —86 en México, 94 en Belice, 8 en Guatemala y 60 en Honduras—, los cuales fueron
monitoreados entre 2013 y 2014.
Uno de los cuatro indicadores que conforman el Índice de Salud Arrecifal, que se desarro-
lló para este informe, es la cobertura de coral, ya que estos animales construyen los arrecifes,
pero también son susceptibles a diversos factores de estrés como el cambio climático, el
desarrollo costero o la contaminación. “Si hay menos corales disminuye la capacidad de
construir arrecifes, proveer de hábitat a diversas especies y se pierden múltiples servicios
ecosistémicos”, explicó el doctor Lorenzo Álvarez Filip, de la Unidad Académica de Sistemas
Arrecifales del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM.
Otro indicador es la cantidad de macroalgas que, si bien siempre han estado asociadas
a los arrecifes, en las últimas décadas a lo largo del SAM y en general en el mar Caribe se
han incrementado; lo anterior puede estar determinado por la contaminación, el aporte
de materia orgánica proveniente del drenaje o de los fertilizantes, lo que favorece su creci-
miento. Cuando en un arrecife el nivel de algas es alto, estas empiezan a dominar el espacio
y no dejan que los corales crezcan o se recuperen. Reducir la contaminación y sobrepesca,
especialmente de herbívoros como los peces loro que mantienen los arrecifes limpios, puede
contribuir a la disminución de las macroalgas y promover el crecimiento coralino.
Otros dos indicadores tienen que ver con la cantidad de peces. El primero es la bioma-
sa (peso estimado en relación al tamaño) de peces herbívoros que se comen las algas del
arrecife. El segundo es la biomasa de peces de importancia comercial y peces carnívoros, ya
que su presencia muestra la capacidad de los arrecifes para proveer recursos pesqueros. Un
arrecife con peces de importancia comercial, como los meros o pargos, mantiene sus redes
tróficas saludables.
Al integrar los cuatro indicadores se establecieron cinco calificaciones acerca del estado
de salud del SAM: muy bien, bien, regular, mal y crítico. “En la categoría muy bien esperamos
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