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Olimpiada Nacional de Química Antonia Dosal, coordinadora nacional
de la Olimpiada Nacional de Química.
La Olimpiada Nacional de Química (ONQ) nació en 1991. Desde entonces Foto: Elizabeth Ruiz/AMC.
Antonia Dosal Gómez y Mauricio Castro Acuña son los coordinadores na-
cionales de esta Olimpiada. Sus experiencias y conocimientos se enriquecen Mauricio Castro, coordinador nacional
con las anécdotas de los jóvenes a quienes han visto consolidarse en estos de la Olimpiada Nacional de Química. Foto:
25 años en carreras científicas, donde el motor para recorrer ese camino ha Elizabeth Ruiz/AMC.
sido la competencia. La visión y el sueño de ambos es que los concursantes
sean apoyados con becas para que puedan continuar sus vocaciones; el apoyo
se otorgó por un tiempo a los estudiantes y buscan que se vuelva a dar.
La doctora Dosal recordó que desde la primera ONQ ha tenido alumnos
muy brillantes, “lo que hemos ido cambiando es la forma de seleccionar a los
concursantes y su entrenamiento, tratando de corregir los muchos errores
que cometimos al principio. Es muy emocionante darse cuenta que sí se
pueden tocar vidas. La mayoría de los estudiantes nos han compartido que la
Olimpiada les cambió la vida en el sentido de que se les abrió un panorama,
no necesariamente para dedicarse a la química, porque se dan cuenta que no
es lo suyo pero sí algún área de ciencias”.
Por su parte, el doctor Mauricio Castro dijo que llegar a 25 años de la
ONQ es una satisfacción enorme para todos los que integran el comité
organizador. “Al inicio no estábamos seguros de cómo iba a caminar y fun-
cionar, como todo lo que empieza, pero ahora vemos que una gran cantidad
de egresados de las olimpiadas, los exolímpicos, ya están insertados en la
comunidad científica; que en los estados ellos mismos han hecho clubes para
aportar su grano de arena y entrenar a los competidores. Cuando arran-
camos nuestro objetivo claramente era atraer más jóvenes hacia la ciencia,
especialmente hacia la química, aunque sabíamos que este tipo de concursos
motivan a los estudiantes hacia otras áreas científicas y así lo hemos visto”.
Agregó que nunca se imaginó que la ONQ tendría un impacto como el
que ahora ve 25 años después. Uno de los retos que Castro señaló para
la Olimpiada es que más estudiantes puedan participar en la etapa nacional,
lograr que los delegados estatales cuenten con más apoyos para que más
estudiantes puedan participar en las estatales y aumentar nuestra capacidad
en los laboratorios, donde se realizan los exámenes experimentales, ya que
para poder organizar el evento se requiere de mucho material y éste no
siempre se tiene, conseguirlo es costoso y representa un esfuerzo adicional
para las instituciones donde se realizan las pruebas.
Ambos coordinadores recordaron que su intención desde un principio fue
participar en cuanto se pudiese en los concursos internacionales, para ello
era necesario entrenar a los más destacados estudiantes para que asistieran.
En 1992, cuando participó la primera delegación mexicana a la Olimpiada
Internacional de Química solamente iban Cuba y Venezuela del continen-
te americano, pero a partir de que México asistió surgió el proyecto de
crear una Olimpiada Iberoamericana de Química. Antonia Dosal destacó que
el país asumió un liderazgo muy relevante en ese sentido, y la idea era
que México fuera la sede del primer certamen, pero surgió una crisis eco-
nómica en el país que lo impidió y al final se realizó en Argentina “pero em-
pezamos a tener contacto con otros países, los citamos para capacitarlos y
motivarlos a participar en la iberoamericana e internacional”, dijo.
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